Es publicista, productor televisivo y musical, además de escritor. El próximo 27 de septiembre sale a la venta su nuevo libro ‘Haz de lo imposible, algo cotidiano’. Su mente está en constante en ebullición al igual que su cuerpo que le ha llevado a poseer 17 récords mundiales solidarios.
Hoy charlamos con Rubén López, el hombre que no piensa en los límites cuando la solidaridad es la causa
Según tu IG, eres publicista, productor de televisión y musical, escritor, speaker y soñador. Esto último es algo que me ha encantado… ¿Con qué sueña una persona que se define como soñadora?
La gente que sueña, los que soñamos, al final, lo que queremos es compartir, no vivir desde el ‘yo’, sino vivir desde el desde el plural. Los viajes compartidos siempre son mucho más gratificantes y yo sueño en grande siempre, la verdad. Y sueño en proyectos solidarios, en retos extremos. Tengo 17 récords del mundo que han nacido de soñar cosas que no había hecho nadie antes. Y un día, de repente, nadas en el triángulo en las Bermudas, otro haces travesías en el Polo Norte… y al final uno se demuestra que cuando cumples tu primer sueño, tu primera locura, tu primer pensamiento intangible, te vuelves invencible, en el sentido de decir: si lo puedo pensar, lo puedo hacer, que a veces suena como muy como muy barato, pero es una realidad. Sí quieres, puedes hacerlo. Esa frase: si piensas que puedes, lo haces; si piensas que no puedes, no lo haces. Lo que sí tenemos es esa capacidad mental para elegir el camino.
De todos estos perfiles, ¿dirías que el de soñador es el que más te define?
Hay veces que me engloban en ‘soñador’ otras veces en ‘estar loco’. La locura es una palabra que bien empleada hace que me pueda sentir bastante identificado. Y si ya uno es loco y soñador…pues mejor. Yo intento ver todo desde el lado positivo. Y toda locura bien organizada hace que puedas proyectar, ver, sentir y adelantarte al tiempo. Bill Gates fue un loco y un soñador en su tiempo, entiendo que el señor de Amazon, el señor de Tesla, Steve Jobs… toda esa gente han sido locos que han pensado en algún momento que eso que tenían en su cabeza, no lo había hecho nadie. Era un salto al vacío. Y esos saltos al vacío son maravillosos porque te lanzas sin saber si cuando llegues a la piscina va a haber agua o no. Pero cuando llamas a uno, llamas a otro y proyectas… al final te das cuenta que sí que hay agua y que ese viaje ha sido un viaje gratificante.
Corrígeme si me equivoco pero son 17 récords mundiales a nivel deportivo lo que posees: has buceado en Filipinas a pleno pulmón. Has subido el Kilimanjaro tres veces en cinco días. Has remado 355 km en cinco días por el Amazonas y has comido pirañas y convivido con caimanes. Pero todo esto, además de ser espectacular siempre tiene un componente solidario ¿Por qué?
Pues fíjate, hace un tiempo, en mi juventud, yo era atleta. A los 19 ya tenía mi primera empresa tras terminar la carrera. En fin todo como muy rápido y muy veloz. Todo sucedía bajo esas ganas que estamos hablando de querer hacer y proyectar y darte cuenta de que al final, en la vida, estamos de paso. Y es que como decía Steve Jobs , hay que darse cuenta de lo que uno quiere lo antes posible para sacarle el mayor rendimiento y, si te equivocas, tener tiempo suficiente como para volver y cambiar de dirección. En ese tiempo, nos dimos cuenta mi equipo y yo que podía generar acciones deportivas diversas: puedo nadar, puedo escalar, puedo correr, puedo bucear y, al final, y se nos ocurrió usar estas capacidades bajo el objeto que soy yo para dar visibilidad a fundaciones, ONGs que quizá tienen menos ayuda. Y, obviamente, esas acciones tenían que ser novedosas, diferentes y muy locas. Muy de soñar despierto.
Está claro que si te vas a nadar a una piscina dos días pues bueno sí es un récord y es muy atractivo, pero si dices que vas a ir al Triángulo de las Bermudas donde desaparecen los barcos, o subes y bajas cinco veces el Kilimanjaro, o te vas al Polo Norte o a un desierto donde la diferencia térmica es de casi 70 grados, pues obviamente todo eso va a tener más repercusión para la ONG a la que van destinada. Y yo como publicista y creativo soy muy consciente de ello. De todas, la primera que escogí fue ir al Polo Norte porque yo odio el frío y ese fue el day one en el que empezó todo. Y así hemos conseguido recaudar juguetes, libros, dinero, comida, etc…
De todas esos récords, de cuál te sientes más orgulloso tanto a nivel personal o por lo que conseguiste…
Lo que me hace más feliz es recibir el mensaje de alguien que dice yo también voy a ser solidario, yo también me voy a poner a entrenar… siempre digo que no hace falta que vayamos todo a subir montañas o a remar o a nadar con tiburones simplemente decirle buenos días, a veces, a tu vecino, al que ves todos los días durante seis años, y no sabes si tiene un hijo o tiene un problema, eso ya es ser solidario.
El Covid nos ayudó, en parte, a darnos cuenta de que todo cambia muy rápido, desde un minuto a otro y de que, a veces, no somos lo suficientemente solidarios unos con otros. Da igual tener dinero o dar dinero. Ahí no radica el ser solidario. Digamos que a veces, eso es en la parte fácil. Es algo que es muy agradecido pero, a veces, ya te digo dar un ‘buenos días’, ayudar a alguien, preguntarle cómo está… A veces acaba el día y no has llamado nadie para preguntarle cómo se encuentra. El llamar a alguien para saber simplemente si necesita algo, eso rejuvenece el alma y ayuda. Lo que a veces me hace sentir más satisfecho, más allá de tener un récord o dos o tres, es ver hasta dónde puede llegar la generosidad de ciertas personas.
He estado en Costa Rica tres días en bicicleta para recaudar alimentos. Y llegó una mujer de 70 años con su kilo de arroz y me dijo: «Mira no tengo más. Tengo otro otro kilo para pasar la semana y te doy uno porque creo que lo que haces merece la pena». Cuando la gente se vuelca a ese nivel y a esa medida, te das cuenta de que estás haciendo es algo importante.
Enfrentarse a un récord nuevo y distinto cada vez tiene que ser bastante duro, tanto a nivel físico como a nivel mental…¿cómo es el día después? Ese día en el que llegas a tu casa con un nuevo récord a tus espaldas
Al final, cuando tu has planteado cualquier de estas actividades, tienes una conversación contigo mismo: sabes que vas a estar sufriendo tres días, 20 horas, lo que sea. Y tienes que llegar a un entendimiento donde te das permiso a ti mismo para hacerlo. Lo difícil no es estar tres días en una bicicleta o remando cinco días en medio de la nada. Lo difícil es entrenar seis y siete horas todos los días cuando no hay ningún micrófono delante, no hay ninguna entrevista, no hay ningún foco, no hay nadie. Lo realmente duro es entrenar cuando la gente duerme, entrenar cuando la gente va al cine, entrenar cuando todo el mundo está haciendo otra cosa. Ése es el punto más complicado. Imagínate un artista que se sube a un escenario delante de 10.000 personas a cantar y todo el mundo sabe sus canciones. Esa parte es la parte fácil del show. Lo difícil es cuando ese artista está creando y no le sale la canción, no le sale la música, no termina de componer. Eso es lo complicado. En mi caso, el día después de cualquiera de esos retos es muy simple: estar pensando en otro.
Mi felicidad o micro felicidad caduca muy rápido porque al final para mí es como una obligación sacarle el mayor sentido y el mayor tiempo. No soy una persona que viva de ‘aquello que hice’. Ya sabíamos que lo íbamos hacer antes de empezar porque, con toda la humildad, ya habíamos proyectado y trabajado y nos lo habíamos creído. Y esa es una realidad, el poder de la mente te lleva a lugares maravillosos o a la oscuridad más tremenda.
Yo siempre le digo a los chicos cuando doy una conferencia: hagas lo que hagas, intenta ser el mejor. No desde el ego hacia los demás sino desde el interior, dar lo mejor de ti. No hay que preocuparse tanto por el qué dirán o por cómo te ven.
Puedes contarnos cuál va a ser tu próximo proyecto…
Tenemos muchos la verdad. Recibimos muchas propuestas muy interesantes. Probablemente en los próximos meses vamos a batir uno de mis récord de estar dos días en bicicleta, para recaudar juguetes y fondos para una asociación de Barcelona. También estamos preparando uno que no he hecho hasta ahora que es estar subiendo y bajando escaleras durante 24 horas. Hay una historia muy interesante de cruzar en globo gran parte de Asia. Tengo otro proyecto en los Andes. En fin, muchas propuestas que además tengo que compaginar con mi día a día de mi trabajo, mis reuniones, mis conferencias y mi vida. Es un no parar constante donde hay que sacar tiempo de donde no lo hay para poder cumplir sueños.
Un poco el hilo de lo que acabas de comentar también tienes un programa de podcast titulado ‘Locos los demás’ donde has entrevistado a personalidades tan importantes como Fran Hernández, Oriol Vidal o Jordi Roca. Cuéntanos un poco qué tipo de contenido puede encontrar el público en tu programa.
Al final más que un podcast para escuchar es un podcast para ver, es un formato más televisivo que además está rodeado de obras de arte que también es otra de mis facetas. Y que ahora, la verdad, está funcionando muy bien pues la estamos dotando de un sentido más global.
Cuando llegan los invitados, empezamos con una pregunta muy básica: estás loco o cuerdo y acabamos con una pregunta también muy básica de cómo te imaginas la muerte. En ese viaje de locura que te lleva a entender que, al final, todos nos vamos a ir, lo que intento es sacarle el mayor provecho personal y emocional a los invitados: pilotos de Fórmula 1, cocineros o medallistas olímpicos. Porque al final todos nos vamos a ir en esa última pregunta de qué es para ti la muerte y todos tenemos que estar suficientemente locos y cuerdos en algunos momentos de nuestra vida para luchar y querernos mucho y avanzar. Y eso es lo que puede encontrar la gente en esos podcast que son muy especiales y creo que son muy atractivos de ver y escuchar.
Y ya por último he estado viendo tu instagram y hay varias frases que se repiten pero hay una que suena prácticamente como si fuera un mantra y es: haz de lo imposible algo cotidiano. Cuéntanos un poco qué significa para ti y porqué te define tanto.
Pues lo has dicho perfectamente. Es mi marca, es mi mantra y es mi día a día. Es lo primero que me digo y lo último que me digo. Al final las cosas imposibles no existen, existen las cosas que nadie ha hecho y alguien las hace por primera vez. Y todo eso se construye en tu cabeza, se construye en tu alma y se construyen en tu corazón. Y creo que cuando uno es capaz de entender que los imposibles no existen. La gente te dice: no lo hagas porque nadie lo hizo antes. Nada estaba hecho al principio y todo lo que miras alrededor salió de la cabeza de alguien.
El poder de la palabra, el poder de no decirle a nadie si puede o no puede, el poder de dejar que todos nos equivoquemos y que todos podamos acertar, eso hace que saques el mayor rendimiento de ti. Creo que todos tenemos dentro de nosotros unos poderes tan altos que a veces nos podemos llegar a asustar de lo que podamos llegar a conseguir. Obviamente, acompañado de esfuerzo, trabajo y sacrificio. Y no bajarse nunca de ese sueño, porque, a lo mejor, justo en ese momento en el que te bajas era donde estaba el tesoro de poder conseguirlo.
Al final ‘haz de lo imposible lo cotidiano’ es el mantra como bien decías porque creo que eso es lo que lo engloba absolutamente todo. Cuando pases de lo cotidiano, de lo normal, las cosas imposibles llegan y puedes transformar algo que no existía en algo que puedes tocar.
Si quieres seguir a Rubén por su maravilloso viaje de vida, te dejamos anclado su IG personal y el artístico. No os lo perdáis porque es, como él mismo se define, una locura.