La artista plástica Marisa Mancilla presentó el pasado 30 de septiembre la que será la primera muestra de la séptima temporada expositiva de la galería de arte contemporáneo Eldevenir
El arte contemporáneo se puede disfrutar no sólo en la capital malagueña, también en La Axarquía gracias al empuje de iniciativas privadas como la de Eldevenir Art Gallery, dirigida por la torroxeña María Rosa Jurado. ‘Arriate’ es el proyecto número 25 para esta galería y con el que da comienzo la que es su séptima temporada. En este espacio también se ha podido disfrutar de interesantes propuestas protagonizadas por artistas del panorama contemporáneo andaluz tan relevantes como Fernando Bayona, Jesús Chacón, Irene Sánchez Moreno, Noelia García Bandera o Simón Zabell.
Ahora es el turno de Marisa Mancilla (Granada, 1972), Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada y que compagina su actividad artística con su labor como docente en esta misma universidad. Bajo el título de ‘Arriate’ se han seleccionado una quincena de obras elaboradas entre 2019 y el presente 2023. Las mismas han sido realizadas con una esmerada técnica de acuarela tornasolada y grafito sobre papel. En esta muestra, la artista logra conjugar la metodología propia del campo de la biología (la observación, la taxonomía vegetal, el dibujo científico…) con la experimentación geométrica y artística. A través de la obra de Mancilla podremos transitar desde el jardín hispanomusulmán de La Alhambra hasta el doméstico en el que nos esforzamos cada día. La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 18 de noviembre en la galería torroxeña.
En palabras de la propia artista, “el arriate se presenta como un pequeño ecosistema doméstico, destinado a atesorar una colección vegetal cuyo criterio clasificatorio ejemplifica el cuidado y la emoción de quien planta”. Así expresa que se trata de “un hortus conclusus en miniatura, resultado de la combinación del peso cultural, la habilidad y las emociones de quien lo cuida”. Para Mancilla la propia acción de plantar es un “acto ensimismado de disciplina” o incluso “un esfuerzo amoroso por imponer un orden a lo que crece y se desarrolla siguiendo su propia naturaleza”.
María Rosa Jurado agrega que el trabajo de Marisa Mancilla “nos transportará de La Alhambra a La Vega, de lo macro a lo micro. Lo doméstico se encuentra en los dos sitios, en la funcionalidad, en las denominaciones, en el cultivo cuidadoso”. Incide a su vez la galerista en “la capacidad de análisis de su entorno por parte de la artista, centrándose en la elección de distintas paletas vegetales relacionadas con la cultura y agricultura vernácula granadina”.
Mancilla argumenta que al cultivar “realizamos un ejercicio de doma, mil veces interrumpido por crecimientos adventicios de plantas espontáneas, que brotan sin haber sido invitadas. Son organismos disidentes que vienen a recordarnos el azar y la inevitabilidad del cambio”.