El primer gobierno socialista de 1982 inició la construcción del Estado del Bienestar en nuestro país basado en cuatro pilares fundamentales: la educación, la sanidad, las pensiones y los servicios sociales. Esto permitió dejar atrás cuarenta años de franquismo e impulsar la modernidad y la igualdad de oportunidades en nuestro país, consolidadas tras la buena labor de 14 años de gobiernos socialistas.
Rafael Granados
OpiniónLos socialistas estamos orgullosos de haber construido un sistema sanitario público, gratuito y universal. Hay que recordar que la Ley General de Sanidad de Ernest Lluch de 1986 estableció las bases de un sistema público de salud que fijaba por primera vez en España la igualdad, la justicia, la libertad y la participación pública en el Sistema Nacional de Salud. Por eso, estamos viendo con estupor cómo se deteriora la sanidad pública en Andalucía desde hace seis años, desde la llegada al gobierno de nuestra tierra de la derecha. En este tiempo, la nefasta gestión del señor Moreno Bonilla ha dejado a nuestra sanidad pública en estado crítico.
Con Moreno Bonilla la sanidad está peor que nunca. En Málaga las listas de espera alcanzan los 234.000 pacientes: 200.000 esperan una consulta con especialista y más de 33.900 esperan para una intervención quirúrgica. Eso supone que el 23% de las personas que están en lista de espera en toda Andalucía son malagueños y malagueñas. Mientras las listas de espera siguen creciendo, Moreno Bonilla cierra servicios como las urgencias del Hospital Civil o la Maternidad del Hospital Clínico.
El PP no está cumpliendo con Málaga en materia sanitaria. Moreno Bonilla prometió que en el año 2023 el Hospital Pascual, en Málaga capital, estaría en funcionamiento como centro público para aportar 200 nuevas camas mientras se hacían las obras del tercer hospital. Finalizando 2024, ni ha reabierto el Hospital Pascual ni han comenzado las obras del tercer hospital.
Moreno Bonilla es el máximo responsable del destrozo en la sanidad pública andaluza. Sufrimos las ratios más bajas de profesionales mientras la Junta regala 243 millones de euros a la sanidad privada, despide a 8.000 sanitarios, reduce el plan de contrataciones de este verano respecto al de 2023, con contratos, muchos de ellos de 1 mes o incluso de semanas, para los meses de julio a septiembre, que no han alcanzado ni el 5% de sustituciones en algunas categorías profesionales. Todo ello a pesar de disponer del mayor presupuesto de nuestra historia para sanidad.
Esta situación de deterioro de nuestra sanidad pública no se entiende sin el desvío récord de fondos públicos a la sanidad privada. El PP está cumpliendo a pie juntillas su plan con la sanidad pública andaluza: dejarla caer para que venga la sanidad privada al rescate. Desde que el PP llegó al gobierno, la Junta concierta un 128% más que el último gobierno socialista. En nuestra provincia la privatización de la sanidad avanza a velocidad de crucero. Málaga es la provincia con el porcentaje más alto de Andalucía (el 30%) con seguro privado de salud. Sólo el año pasado, la sanidad privada sumó casi 28.000 nuevos asegurados, de forma que más de medio millón de habitantes cuentan con ya con esta cobertura.
En definitiva, la realidad es que Moreno Bonilla está destruyendo nuestra sanidad pública. Nunca la sanidad pública andaluza había estado tan mal como ahora. Nunca habíamos tenido las listas de espera que sufrimos ahora. Nunca los profesionales sanitarios habían estado tan castigados como ahora. Nunca la Junta de Andalucía había dispuesto de tanto dinero del Gobierno de España y de los fondos europeos para destinarlo a sanidad como hasta ahora. Y nunca se habían derivado tantos fondos públicos a la sanidad privada como hasta ahora.